El dulce recuerdo de la muerte

He hecho una introspección de las cosas que han sucedido los últimos años, meses, días y horas. Después de algunas lecturas la intranquilidad se apodero de mi una pregunta ¿A qué le tenemos miedo?, esta va dirigida a mi generación y las generaciones posteriores. Porque no existe otro animal en la tierra que se suicide al tener un correcto funcionamiento de su cuerpo, claro varios animales poseen métodos de autoconservación que bloquean los impulsos nerviosos evitando el sufrimiento al no tener ningún método de defensa, la ultima opción cuando han sido atrapados por un depredador o se encuentran en una situación extrema de peligro.

Considero la vida una gama de sensaciones (posibilidades), que a pesar de la inmensa necesidad de la humanidad por encontrarle un significado, eso le causa un dolor. Lo que debe siempre estar buscando es darle un significado a la vida y así crear nuestra propia felicidad.

Retomando la primera pregunta y con ayuda del libro Modernidad Liquida de Zygmunt Bauman, podríamos decir que lo que más teme las generaciones presentes es a la idea del olvido, el reconocer que alguna vez existimos y eventualmente dejaremos de existir. Justamente Zygmun Bauman menciona “El individuo se somete a la sociedad y esta sumisión es la condición de la libertad”, esto se ve tan fríamente reflejado en los estados del individuo con una simple notificación de alguna aplicación, tenemos el armas más poderosa al alcance de los dedos, desafortunadamente tenemos un cerebro creado desde la era de los primeros hominidos, dependencia emocional y una importante incapacidad social. El resultado más que obvio es una desinformación compleja ante cualquier situación. Las habilidades sociales e instintos sociales que mantuvieron a nuestros antepasados vivo y a salvos, fueron descubiertos y usados por la maquina comercial para una aparente destrucción.

¿Qué hay de bueno en todo esto?

¡Oh de mi, oh vida! Todas estas preguntas que me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
De ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,
¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
De los ojos que en vano ansían la luz,

de los objetos despreciables,

de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo,

de las multitudes Afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
Yo entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡oh de mi, oh vida!, la triste pregunta que
Vuelve: “¿Qué hay de bueno en todo esto?”
Y la respuesta:
“Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama 

y que puedes contribuir con un verso”.

-Walt Whitman

¿Cual sera nuestro verso?, por mucho tiempo me hice esa pregunta. ¿Que cosa haremos que embelese al mundo?, ¿que acto definirá como nos vean en el futuro?, he incluso aun más simple la propia idea de ver y vivir ese verso. Atormentados nos sentimos por algo que nunca pasara, atormentados nos sentimos por algo que nunca paso y atormentados nos sentimos por algo que no pasa. Detenerlo mientras puedan, detener esas ideas antes de que ya no puedan hacer nada más.

Te invito a explorar otros textos como este, a aprovechar el día y a vivir ese verso que aun nos falta por escuchar. Mi texto termina aquí, pero el tuyo quizás este apunto de iniciar y espero que lo compartas.

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