Bájale un chingo a tu estrés.

Déjame darte un panorama, estas sentado, viendo tus redes sociales observando otras vidas, ves a tus ex ser más feliz con otra persona, ves a amigos más feliz mientras observas cautivo inverso en la era de la información, estamos dentro de la cuarto vehículo, nos movemos de aquí para allá, podemos estar en un concierto en nueva Zelanda, la inauguración de la nueva cafetería china Dante´s en Taiwan, en los jardines colgantes en Singapur o ver las disputas en Francia, con segundos de diferencias en la comodidad de nuestro hogar a través de un dispositivo, mientras lees esto, mientras escuchas música. Lejos de todo y todos, a la vez que todo y todos están en la palma de tu mano. Todos estamos atados en la fe del silicio, todo lo que somos se encuentra en maquinas trabajado día y noche, mientras nosotros trabajamos para que funcione, para que crezcan y sea más inteligente, más rápida, mejores que nosotros, este culto a la tecnología que Chapline describía en su obra “El dictador”, que J.R.R. Tolking hablaba de “esa maquinaria que se mueve, que transpira humo, que hace arder el interior del mundo” en su trilogía el señor de los anillos, o que Asimov el cual juraba que “cualquier fe ciega es una arma de doble filo” en su saga “La fundación”, ejemplos hay infinitos.
“¿qué hay de bueno en todo esto?
Oh mi ser, oh vida.
De tus preguntas sin respuesta.
De los vagones de tren llenos de necios
De tus ciudades repletas de desleales.
¿Qué hay de bueno en todo esto?
Oh mi ser, Oh vida.
Respuesta:
Qué tu estas aquí.
Que existe la identidad.
Que el poderoso drama sigue.
Y que tú puedes contribuir con un verso.”
Wallte Whitman, el más grande poeta norteamericano.
Esto me queda claro, podemos lamentarnos en nuestra gran inconformidad, podemos ser las víctimas, oh podemos hacer de esta vida un verso que se escuche en todo el mundo. Porque sí, el drama esta afuera, en palabras, en versos, en acciones, en personas, esta para ser disfrutado, para ser sentido, para sufrir, para ser hablado, para hacerlo nuestro y ser suyo.
Artista mierna. 


Te regalo hoy como si fuera un niño el hecho de soñar he imaginar que el día de mañana haya un regalo, debajo de un árbol, en una sonrisa, en un atardecer, en el mundo entero que nos muestra y nos enloquezca.

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